jueves, 8 de octubre de 2020

ANÁLISIS VIDA ES BELLA

LA VIDA ES BELLA 




La gran película está ambientada en el siglo XI y transcurre en Italia a finales de  la segunda guerra mundial, donde hay ideologías fascistas, nazis y franquistas. La pelicula refleja lo que ocurre en esa época y como va creciendo el odio contra los judíos o personas que no tenían la misma ideología racista.  El personaje principal es un hombre judio de 30 y algo de años que se enamora de una bella italiana con la que acaban   teniendo un hijo, Giosuè, con el que  más tarde el padre y el hijo serán protagonistas al final de la película, siendo enviados a un campo de concentración, en el que la madre-esposa irá voluntariamente también. 

Guido es un camarero de nacimiento judío y es carismático, alegre y divertido que trabaja con su tío y amigos en un gran hotel. Él  conoce a Dora de la quién se enamora a primera vista como un amor destinado a encontrarse; facinandola y enamorándola con su Buenos días princesa; logra conquistarla y así Dora decide dejar su vida de rica y fascista que su madre quería. Pasados los años esta pareja tienen a Giosuè, un niño adorable de  aproximadamente 6 años que cumple años el mismo día que es llevado junto a su padre al campo de concentración.

En cuanto a la evolución fascista-nazi que vemos en la película nos enseña y transmite el dolor e humillación  que sufrió esta pobre gente simplemente por no ser de sangre italiana-alemana, aunque realmente que es ser alemán, italiano o judio? 

Las primeras pinceladas de odio las vemos es el culto que está presente como el  enorme busto y un retrato del Duce en las dependencias del ayuntamiento de la ciudad  además si observamos los espacios públicos están llenos de carteles con su escultura e imagen.

Después vemos el vandalismo de pintadas contra los judios como por ejemplo el caballo del tío pintado de verde y con las palabras caballo  judío, las palabras negocio judio en la librería de Guido. El racismo lo vemos con la separación de nacionalidades entre italianos y judidos, incluso llegaron a ponerse brazaletes para diferenciarlos. El odio contra esta gente acaba en los campos de concentración donde los hacían trabajar, los tenían desnutridos hasta morir por la falta de nutrición apropiada o los asesinaban en cámara de gás o a fuego de arma. En la película podemos observar cómo dividían allí a los ancianos mujeres y hombres, siendo los niños y abuelos asesinados antes, ya que a los que dejaban con vida los tenían como esclavos para trabajar. Hoy en día algunas grandes empresas son ricas gracias a esta mano de obra gratis y tortuosa. 

La película acaba con un alegre pero triste final; la muerte del protagonista y la supervivencia de Giosuè quien es rescatado por el famoso tanque blindado que su padre tanto le decía. La libertad de aquellas desafortunadas almas judías o personas encontra de todo racismo. Giosuè logra llegar a su madre donde empezarán una nueva vida pero sin el héroe de su familia, Guido.


Juguemos un juego...Bendito Guido y su afortunada manera de pensar y de crear.  ¡Qué gran manera de ligar! jugando. Su forma de mover las manos en el teatro como si fuese un hechicero, su famosa aparición de Buenos días Princesa como si estuviera jugando en un parque para encontrar a la princesa hasta lograr conquistarla, así jugando al escondite para no ser visto y sorprenderla en el último momento. Pero el gran peso de los pesos, el gran juego de los juegos, que sólo a un padre por amor verdadero a su hijo en circunstancias adversas se le puede ocurrir. Guido para no preocupar a Giosuè le dice que por ser su cumple decidió apuntarlo al gran juego de los 1000 puntos y el que los logre se llevará el carro blindado más espectacular que haya visto, pero no va ser fácil, como todo juego hay reglas y sé es eliminado el que no cumpla las reglas o sea pillado.


Para convercer a su hijo, que tampoco es tonto, se arma de valor y traduce a su manera el alemán del soldado nazi. De este modo hace creer que de verdad están jugando. Lo más increíble es como va inventando el juego y creando según las circunstancias que se le plantea como por ejemplo en el tren que iban todos apretados y de pie, el uniforme que le dan o el tatuaje de números que le hacen en el campo de concentración, cuando lo ve su hijo trabajando. Otra juego que se inventa dentro del propia juego, que realmente está tratando de sobrevivir, el juego del escondite cuando se entera que están matando a los niños o el juego de no hablar en la cena de los fascistas-nazis. Otro juego a destacar es el juego de adivinanzas que juega con el doctor pero se lleva una gran desilusión cuando se lo encuentra en el campo de concentración ya que Guido quiere que le ayuda a él y a su familia pero el doctor solo quiere jugar, incluso nos hace reflexionar sobre la poca ética y inhumanidad del ser humano que uno ve como el fin del mundo la posible solución y otro el simple hecho de conservar su vida. 


El poder de convicción de nuestro protagonista de convencer o resolver problemas, hace que su amado hijo termine por sobrevivir con el juego del escondite. Una triste historia de muchas que se han vivido y no fueron contadas, la moraleja que veo en esta película es que nunca es demasiado tarde para jugar ni para vivir, sin importar las circunstancias nunca debemos dejar de tener fé de un mundo mejor y soñar...porque la vida es bella.


Plitt


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